Decidí dormirme después de manejar en el tráfico, sin saber lo que estaba a punto de sucederme. Estando en uno de mis sueños más profundos, empecé a soñar con situaciones extrañas e irreconocibles. De repente, mi celular empezó a sonar fuertemente, en ese momento, me di cuenta que no me sentía nada bien. El sonido del celular era el ringtone asignado a mi novio, sin embargo cada nota de la canción era un martillazo en mi cabeza. Me enojé mucho, era mi novio pidiendo que le abriera la puerta, porque estaba lloviendo. Me dirigí a la puerta de manera brusca, nunca me había sentido de tan pésimo humor. Ni siquiera un hola, ni un cómo estás. Abrí la puerta le dije que pasara adelante, sin más decir me eché a dormir, pero le pedí que no me tocara ni me hablara. Sentía como la sangre hervía en mi cabeza, fue inevitable portarme de mala manera con mi novio. No es que él hubiera hecho algo malo, era una migraña que me invadió, sin embargo, mi novio se quedó a mi lado hasta que me desperté de nuevo. Su hospitalidad me ayudó a mejorarme y sentirme mejor, le pedí perdón por mi comportamiento. Él no aceptó mis disculpas, ya que no fue mi culpa que yo sufriera de migrañas.
martes, 5 de agosto de 2008
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